Mi nombre es Daniel Rico, nací en Enero de 1987. La manera como los medios de comunicación han influenciado mi vida siempre paso desapercibida, de eso me doy cuenta ahora que pretendo explicar mi relación con ellos.
Cuando contaba con unos 3 o 4 años aproximadamente comencé a escuchar en la radio la emisora Colorin Coloradio, especialmente un programa de ejercicios para niños, el cual era según mi madre, una de mis actividades favoritas. Nunca fui un niño pasivo ni mucho menos sedentario, creo que la radio mediante programas como este que acabo de mencionar, logro fomentar en mi un gusto por la actividad, por el ejercicio, algo que se vería reflejado después en otras características de mi personalidad.
Mi niñez consistió mas que todo en juegos de barrio, en la calle y con amigos. Casi no tuve contacto con los medios, aun así por ser herramientas de fuerte influencia en poco tiempo con ellos sirvió para cambiar o condicionar algunas de mis decisiones.
Cuando contaba con 5 o 7 años, los programas de televisión para niños consistían básicamente en historias y series basadas en superhéroes, guerreros y personajes por el estilo. Mi madre recuerda que el sentirme como uno de aquellos sujetos ficticios era algo muy importante para mi. Lo que me hizo una concepción bastante particular de la hombría, la fuerza, los músculos; y me permitió marcar la diferencia entre grande y pequeño, fuerte y débil, e incluso entre hombre y mujer.
Tengo leves recuerdos de mis sentimientos y pensamientos de cuando llegaba la época que le permite a un niño acercarse lo máximo posible a dichos seres ideales que llenaban la televisión. Muestro aquí dos fotografías de las menos vergonzosas de lo que acabo de describir.
Mi padre siempre fue un aficionado al fútbol y una de las actividades padre e hijo en mi casa, consistía en acostarse los domingos en la mañana a ver partidos de fútbol. Recuerdo muy bien la liga italiana que transmitía un canal nacional y la participación del “tino” Asprilla, la cual solía ser halagada exageradamente por los medios.
Cuando mi fiebre y afición estaban casi en su punto mas alto y mi padre se había visto obligado a inscribirme en una escuela de fútbol, Colombia logra el inolvidable 5-0 contra Argentina, lo que en otro lugar quizás no hubiera sido gran cosa, pero en este país donde exageramos los pocos aciertos, los medios, la propaganda, me contagiaron a tal grado que empecé a ser parte de esa exageración evidenciada en cuadernos, loncheras y uniformes colmados de los momentos de aquel encuentro.
Escuche de algo que me convertiría en un amante del buen fútbol... El mundial de 1994 en los Estados Unidos. Después de ver la mayor y mas grande competencias en el reino del fútbol, el garaje de mi casa se convirtió en un estadio, mis cuadernos se llenaron de esquemas como el de la fotografía y mi cuarto rebosaba de calcomanías de los jugadores.
Por otra parte, en las horas en las que no podía salir a la calle a jugar, me entretenía con programas de manualidades para niños, de los cuales tengo recuerdos maravillosos, programas por los que siento mucho aprecio y respeto. (Niko y Tap, Nopo y Gonta). Mi cosas como portalápices, portarretratos y algunos de mis juguetes fueron elaborados por mi. Ahora que pienso en todo ello, el ambiente de las manualidades muy probablemente influenciaron mi decisión de estudiar Diseño Industrial.
Mi padre escuchaba todo el tiempo emisoras de salsa y compraba revistas de percusión con las cuales aprendí a tocar timbales, un gusto temprano por la música y por la percusión empezaron a caracterizarme, vale la pena mencionar que actualmente soy baterista en una banda de rock.
Cuando tenia unos 13 o 14 años pusieron televisión por cable en mi casa, lo cual abrió una puerta para cosas y programas que jamás imagine, Jack-ass por ejemplo al ser un programa de contenido fuerte, me empujo poco a poco a poyado de muchos otros factores a una época donde consumí mucho alcohol, empecé a fumar y la tranquilidad y amabilidad que antes me caracterizaban se tornaron en agresividad y antipatía.
La música que pasaban por mis nuevas alternativas de programas de televisión y radio ya no era salsa sino rock. El tiempo libre lo invertía escuchando música en mi cuarto y golpeando la cama con un par de baquetas viejas, empecé a asistir a conciertos y bares para escuchar lo que promocionaban y anunciaban en la radio; mi forma de vestir, lo que me da un poco de vergüenza admitir, cambio condicionada por los artista que ahora admiraba.
Con el cambio radical al pasar del colegio a la universidad, comencé a explorar otros campos que había dejado olvidados, comencé a leer mucho, a ir a bibliotecas y cosas por el estilo. En mi anhelo de buscar lecturas cada vez mas interesantes, me encontré con lo que le daría un giro tremendo a mis pensamientos, mis sueños, mi vida entera, una revista Atalaya de los testigos de Jehová, me convertí en un lector asiduo de sus números quincenales.
Me di cuenta después de mucho meditar, que el hecho de que nunca nos hayan enseñado bien a Dios, no quiere decir que el no exista. El medio de comunicación que consideraba como el menos influyente, los impresos, ahora era con el que tenia mas contacto y por el que me veía mas influenciado al hacerme Testigo de Jehová y cambiar prácticamente todo lo que solía ser apoyándome en un libro, la palabra de Dios, la Biblia.
Se que esto es una reseña muy breve, pero mi objetivo es seguir indagando mis recuerdos, observar el presente y especular acerca del futuro, y lograr admirar mi vida y la manera como los medios la condicionan o la modifican directamente.
Cuando contaba con unos 3 o 4 años aproximadamente comencé a escuchar en la radio la emisora Colorin Coloradio, especialmente un programa de ejercicios para niños, el cual era según mi madre, una de mis actividades favoritas. Nunca fui un niño pasivo ni mucho menos sedentario, creo que la radio mediante programas como este que acabo de mencionar, logro fomentar en mi un gusto por la actividad, por el ejercicio, algo que se vería reflejado después en otras características de mi personalidad.
Mi niñez consistió mas que todo en juegos de barrio, en la calle y con amigos. Casi no tuve contacto con los medios, aun así por ser herramientas de fuerte influencia en poco tiempo con ellos sirvió para cambiar o condicionar algunas de mis decisiones.
Cuando contaba con 5 o 7 años, los programas de televisión para niños consistían básicamente en historias y series basadas en superhéroes, guerreros y personajes por el estilo. Mi madre recuerda que el sentirme como uno de aquellos sujetos ficticios era algo muy importante para mi. Lo que me hizo una concepción bastante particular de la hombría, la fuerza, los músculos; y me permitió marcar la diferencia entre grande y pequeño, fuerte y débil, e incluso entre hombre y mujer.
Tengo leves recuerdos de mis sentimientos y pensamientos de cuando llegaba la época que le permite a un niño acercarse lo máximo posible a dichos seres ideales que llenaban la televisión. Muestro aquí dos fotografías de las menos vergonzosas de lo que acabo de describir.
Mi padre siempre fue un aficionado al fútbol y una de las actividades padre e hijo en mi casa, consistía en acostarse los domingos en la mañana a ver partidos de fútbol. Recuerdo muy bien la liga italiana que transmitía un canal nacional y la participación del “tino” Asprilla, la cual solía ser halagada exageradamente por los medios.
Cuando mi fiebre y afición estaban casi en su punto mas alto y mi padre se había visto obligado a inscribirme en una escuela de fútbol, Colombia logra el inolvidable 5-0 contra Argentina, lo que en otro lugar quizás no hubiera sido gran cosa, pero en este país donde exageramos los pocos aciertos, los medios, la propaganda, me contagiaron a tal grado que empecé a ser parte de esa exageración evidenciada en cuadernos, loncheras y uniformes colmados de los momentos de aquel encuentro.
Escuche de algo que me convertiría en un amante del buen fútbol... El mundial de 1994 en los Estados Unidos. Después de ver la mayor y mas grande competencias en el reino del fútbol, el garaje de mi casa se convirtió en un estadio, mis cuadernos se llenaron de esquemas como el de la fotografía y mi cuarto rebosaba de calcomanías de los jugadores.
Por otra parte, en las horas en las que no podía salir a la calle a jugar, me entretenía con programas de manualidades para niños, de los cuales tengo recuerdos maravillosos, programas por los que siento mucho aprecio y respeto. (Niko y Tap, Nopo y Gonta). Mi cosas como portalápices, portarretratos y algunos de mis juguetes fueron elaborados por mi. Ahora que pienso en todo ello, el ambiente de las manualidades muy probablemente influenciaron mi decisión de estudiar Diseño Industrial.
Mi padre escuchaba todo el tiempo emisoras de salsa y compraba revistas de percusión con las cuales aprendí a tocar timbales, un gusto temprano por la música y por la percusión empezaron a caracterizarme, vale la pena mencionar que actualmente soy baterista en una banda de rock.
Cuando tenia unos 13 o 14 años pusieron televisión por cable en mi casa, lo cual abrió una puerta para cosas y programas que jamás imagine, Jack-ass por ejemplo al ser un programa de contenido fuerte, me empujo poco a poco a poyado de muchos otros factores a una época donde consumí mucho alcohol, empecé a fumar y la tranquilidad y amabilidad que antes me caracterizaban se tornaron en agresividad y antipatía.
La música que pasaban por mis nuevas alternativas de programas de televisión y radio ya no era salsa sino rock. El tiempo libre lo invertía escuchando música en mi cuarto y golpeando la cama con un par de baquetas viejas, empecé a asistir a conciertos y bares para escuchar lo que promocionaban y anunciaban en la radio; mi forma de vestir, lo que me da un poco de vergüenza admitir, cambio condicionada por los artista que ahora admiraba.
Con el cambio radical al pasar del colegio a la universidad, comencé a explorar otros campos que había dejado olvidados, comencé a leer mucho, a ir a bibliotecas y cosas por el estilo. En mi anhelo de buscar lecturas cada vez mas interesantes, me encontré con lo que le daría un giro tremendo a mis pensamientos, mis sueños, mi vida entera, una revista Atalaya de los testigos de Jehová, me convertí en un lector asiduo de sus números quincenales.
Me di cuenta después de mucho meditar, que el hecho de que nunca nos hayan enseñado bien a Dios, no quiere decir que el no exista. El medio de comunicación que consideraba como el menos influyente, los impresos, ahora era con el que tenia mas contacto y por el que me veía mas influenciado al hacerme Testigo de Jehová y cambiar prácticamente todo lo que solía ser apoyándome en un libro, la palabra de Dios, la Biblia.
Se que esto es una reseña muy breve, pero mi objetivo es seguir indagando mis recuerdos, observar el presente y especular acerca del futuro, y lograr admirar mi vida y la manera como los medios la condicionan o la modifican directamente.
2 comentarios:
Un poco breve pero interesante su relato y las fotos que lo acompañan. Podría actualizarlo con lo que ha venido pasando en el curso.
Bastante anecdotica pero interesante esta cadena de susesos comentada por parte suya en relacion a su vida y la influencia mediatica del entorno contextual. Mas alla del relato encuentro varios de sus comentarios algo ofensivos para las panteras negras, sin embargo considero que el unico problema a resolver seria el del jabon... Gracias totales!!!!
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